Con un par de antecedentes en el país y haciendo punta en esta parte de Cuyo, un grupo de sanjuaninos trabaja en un hecho sin precedentes en la investigación científica provincial. Se trata de la creación de un banco de cerebros humanos cuyo fin es el estudio de enfermedades neurodegenerativas y que tiene como uno de sus objetivos tratar de encontrar el origen que ocasiona y porque no una cura para el Alzheimer.

Este neurobanco funciona en un laboratorio de la Universidad Católica de Cuyo, que ya se ha convertido en un referente de investigación neurocientífica en el país, y a partir de ahora pretende conformar una especie de red con los dos únicos lugares que tienen un objetivo similar, ambos en Buenos Aires. Los especialistas sanjuaninos trabajarán con personas que en vida padecieron Alzheimer y ya hay inscriptos (no fue revelada la cantidad) para donar este órgano con fines científicos.

“La idea de contar con un banco de cerebros humanos en San Juan es entrar en una red nacional y poder ayudar científicamente a tratar de entender el origen de enfermedades del sistema nervioso central,  que actualmente es desconocido. Así como dicen que las autopsias sirven para saber el motivo de la defunción de una persona, el banco de cerebros sirve para saber el origen de las enfermedades, conocer los mecanismos genéticos y moleculares que iniciaron y desarrollaron las patologías”, explicó el sanjuanino Martín Bruno, director del Instituto  de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la UCCuyo y miembro del CONICET.

En el país sólo existen dos iniciativas similares. Una es del prestigioso instituto Fleni y la otra está en vias se organizarse, en el hospital de Ramos Mejía, aunque ambas en forma incipiente y sin las ventajas que ofrece San Juan. Es que el procedimiento de ablación de los cerebros tiene un tiempo muy acotado para que sean útiles para la investigación científica: un máximo de 3 a 6 horas posteriores al deceso de la persona.

En Buenos Aires, las distancias son mayores y los tiempos se alargan, mientras que acá, un caso de ablación (por ejemplo en el Gran San Juan) demandará un lapso breve entre el desplazamiento de los especialistas y la ablación por un factor muy simple: la cercanía geografía entre los departamentos.

Bruno explicó que los cerebros deben extraerse lo antes posible del donante, pues de esa carrera contra el tiempo depende la calidad y posterior utilidad del tejido. Una vez  ablacionado, parte del cerebro se conserva en formol para confirmar el diagnóstico y avanzar en los estudios. La otra se congela a más de 80 grados bajo cero para realizar investigaciones genéticas y moleculares.

Se estima que unas 47,5 millones de personas en el mundo padecen demencia y que hay más de 7 millones de nuevos casos al año. De ellos, casi el 70% son mal de Alzheimer. El Parkinson y otras patologías degenerativas del sistema nervioso también implican todo un desafío para los científicos y especialistas en salud, más aún porque las personas viven más años: y estas enfermedades van muy de la mano de la vejez.

El banco de cerebros humanos de San Juan ya tiene sus primeros inscriptos. Se trata de pacientes que padecen Alzheimer y que ya han anunciado (en algunos casos en forma personal y en otras a través de sus familiares a cargo, siguiendo protocolos que fueron creados especialmente para este tipo de donación y los respectivos consentimientos informados) que pretenden que sus cerebros puedan servir para ayudar a otras personas en el futuro a través de la investigación. A su vez, todos aquellos que deseen convertirse en donantes o que algún familiar con potestad para hacerlo así lo desee,  deben escribir a info.icbm@uccuyo.edu.ar.

Esta iniciativa, indicó el sacerdote José Juan García, integrante del Comité de Bioética de la UCCuyo, ya superó los análisis correspondientes sobre los cuestionamientos éticos; a la vez que la abogada Miryam Andújar, también miembro de dicho Comité, explicó que desde lo legal no reviste oposición la creación del banco de cerebros en San Juan. Es que la Ley 24.193 de Trasplante de Órganos y Tejidos en el país no sólo contempla la donación con fines de trasplante, sino también para estudios o investigaciones científicas.

En tanto, ya está conformado el equipo de entre 7  y 8 científicos sanjuaninos que se encuentran alertas y activos los 365 días para realizar la primera ablación. “Tenemos familias con integrantes que tienen Alzheimer y pacientes dispuestos a donar, convencidos en que de esa manera pueden ayudar a otros si se encuentra una cura a la enfermedad. Tenemos un polo de neurociencia muy importante en San Juan y apostamos a que siga creciendo”, señaló Martín Bruno.