Pasar por la puerta de un casino, sentir la necesidad imperiosa de ingresar y apostar. Y apostar, y apostar. No poder detenerse, no poder controlarlo. Una compulsión. Pensar que la mala racha se va a revertir, que va a cambiar. Creer fervientemente que es quien controla al juego y no al revés. Esta adicción, conocida como ludopatía, es un mal que crece en la provincia, destrozando la vida de cientos de personas.

 

Desde la Fundación Sanjuanina de Ludopatía realizaron un informe con datos alarmantes, sobre una base de 400 autoexcluidos. Es decir, adictos al juego que tienen prohibido ingresar a un casino, luego de un proceso solicitado por algún familiar en la Caja de Acción Social.

 

Esta enfermedad se da mayoritariamente en hombres, con una amplia diferencia con respecto a las mujeres: 75 a 25 por ciento. También preocupa el avance sobre estudiantes universitarios. De los ludópatas, el 90% tiene el secundario completo, es decir que se da más en personas con educación.

 

 

El hombre prefiere el casino, el hipódromo y el póker; la mujer, el bingo y el tragamonedas. El 50% son profesionales, el 75% casados. Como adicción paralela, el 90% son fumadores. En los hombres, este problema se desarrolla a los 16 años.

 

En diálogo con DIARIO DE CUYO, el presidente de la fundación, José Nelio Icazatti, se mostró preocupado por el crecimiento de la ludopatía infantil. “Los chicos, con el tema de los juegos online y la tecnología, usan las tarjetas de crédito que les roban a los padres. Para avanzar de niveles o comprar armas, ponen base y a partir de esa base empiezan a jugar con los honorarios de los familiares”, aseguró.

 

La investigación lleva un año y medio, aunque la fundación cuenta con sólo tres meses de vida. “El autoexcluido no puede ir más al casino. El casino tiene la obligación de no dejarlo entrar, el sujeto puede ir preso”, agregó Icazatti.

 

Como psicólogo, ha visto todo tipo de casos relacionados a la ludopatía. Desde depresión hasta suicidios. “Casi siempre el paciente que llega a nosotros es porque lo perdió todo. No sólo en lo económico, sino también a sus parejas, hijos, amigos. Son personas que quedan aisladas”.

 

Si tenés un familiar con este problema, podés comunicarte al 264 5875508