Las agujas el reloj marcaban las 16 (las 20 en Roma) y las campanas de la catedral sanjuanina, como las de todo el mundo, comenzaban a sonar despidiendo a Benedicto XVI. Ante la sorpresa de la gente que circulaba por los alrededores de la catedral, más de cincuenta campanazos consecutivos y luego una melodía atípica de campanas comenzó a bajar desde el campanil. Durante unos siete minutos el sonido del campanario se hizo notar en todo el centro, mientras algunas personas se acercaban para rezar por el futuro del ex Papa. Una señora, pese al calor de la tarde, se hizo presente y se mezcló entre unos turistas que se sacaban fotos en las escalinatas de la iglesia, que permanecía con sus puertas cerradas para el público. Mientras, fuentes religiosas locales confirmaban que a las 20 horas de ayer se llevarían a cabo oraciones y una misa en honor a Benedicto XVI y también para iluminar a los cardenales que tendrán la misión de seleccionar al nuevo papa.
Las misas y oraciones, por una decisión del arzobispo de San Juan de Cuyo, Alfonso Delgado, se llevarían a cabo en todas las iglesias de la provincia, que al mismo horario que la iglesia capitalina iban a rendir homenaje y despedir a Benedicto XVI.