La Policía de San Juan radió 62 vehículos de personas en estado de ebriedad gracias al Operativo Sol, camino a los balnearios, y al control de boliches y alrededores, que llevó adelante desde el 25 al 27 de este mes. El año pasado secuestró (también el 25 y el siguiente fin de semana), por la misma razón, sólo 40 movilidades, según el jefe de la Fuerza, Miguel González. Además, 6 boliches fueron clausurados por no respetar el límite horario para la venta de alcohol, el doble que el año pasado. Y detuvieron a 69 personas por consumir bebidas alcohólicas en la vía pública, un 35% más que en 2008, confirmaron desde la Fuerza. Más alcoholímetros y policías son la explicación del aumento. Por otro lado, la cantidad de gente que fue este fin de semana a los balnearios de Ullum y de Zonda, 99.100 en total, también se incrementó, pero en un 20%, según los datos oficiales.
"Hubo personas en estado de ebriedad que intentaron golpear al personal policial. Y una quedó detenida por violentarse", comentó ayer en conferencia de prensa González. Otro dato que destacó es que muchos a los que se les realizó la prueba de alcoholemia tenían 2,8 gramos de alcohol en sangre, cuando el límite permitido es 0,5. En los operativos normales de fin de semana no es común que se marque índices tan altos, comentaron desde la Fuerza.
La causa del incremento de las infracciones a la Ley Seca fue el mayor número de uniformados que participó el 25 y el fin de semana siguiente con respecto al mismo periodo del año pasado: unos 350 para estas fiestas.
Por otra parte, el jefe de Policía destacó que desde hace 3 meses disponen de 12 alcoholímetros y antes sólo tenían 6. Por lo tanto pudieron hacer más infracciones a los que estaban cerca del límite de lo permitido y no se les notaba.
Sumado a lo anterior, está el incremento de la cantidad de visitantes que tuvieron los balnearios de Ullum y de Zonda. Al primero lo disfrutaron 80.900 personas. Y a los compings de Zonda llegaron 18.200. En total hubo unas 20.000 personas más en esos lugares, es decir un 20% más, dijo González. Por lo tanto hubo un 20% más de individuos que el año pasado transitando en vehículos los caminos para llegar a las playas o a las piletas.
Los uniformados, además de ubicarse con los controles en lugares estratégicos por donde pasan los autos que salen de boliches, sumaron otra táctica. Para ver si los bolicheros respetaban el horario límite de venta de bebidas alcohólicas (las 3.30), realizaron una inspección a esa hora. Pero regresaron al rato y notaron que algunos volvieron a vender. Por esta razón, hubo clausuras. Otros no respetaron la hora de cierre, las 5, y fueron multados y se desalojó el lugar.