Un grupo de expedicionarios aprovechó para encontrar truchas en el río, mientras que otros se acomodaron alrededor del fuego. Pero todos aprovecharon para bañarse, por turnos, en las duchas del refugio Sardina. En eso consistió la jornada de descanso del Cruce Sanmartiniano, que hoy vivirá su momento más emotivo alrededor del mediodía, cuando se haga el acto en el límite con Chile.

Ayer, día sin cabalgata, una decena de expedicionarios se fue a pescar truchas. Esta actividad se ha convertido en una tradición, tanto que son varios los que llegan con balanzas para medirse en una competencia. El ganador no se lleva ningún premio, pero es el rey de la pesca durante todo el año hasta que se concrete la próxima edición del Cruce.

Los que se quedaron, en cambio, hicieron un fogón. Gioja fue el encargado de abrir la mesa contando detalles de la Gesta Sanmartiniana. Luego se sumaron a la charla del capitán del Ejército Ojeda y del historiador Martín Carelli, que con una maqueta hecha en el piso explicaron las estrategias que utilizó el Libertador con el Ejército de los Andes.

En lo que coincidieron todos fue en la necesidad de bañarse en las cuatro duchas que hay en el refugio Sardina. Colas de 15 personas esperando su turno para ocupar el baño fue la postal que predominó desde el toque de diana hasta la hora del almuerzo. Ya limpios y con el estómago lleno, los expedicionarios aprovecharon para bañarse en el río y sacarse fotos con los Andes de fondo, paisaje que compartirán hasta el próximo jueves.