Hace 46 años, un grupo de vecinos de Pocito tuvo la necesidad de contar con un sitio donde profesar su fe católica. Adquirieron una imagen del Niño Jesús y comenzaron a recibir los sacramentos de la Iglesia en algunas casas del barrio. Después de mucho tiempo de esfuerzo, y gracias a la ayuda del Gobierno, tendrán su propio templo. Es la capilla del Niño Jesús, que prevén inaugurar en el mes de abril.
Estela Gaitán se emociona al hablar de la capilla y mostrar sus detalles. Ella vive en la casa contigua al nuevo edificio y su felicidad es compartida por sus vecinos. Todos han trabajado para conseguir un sueño que vienen arrastrando desde pequeños, cuando a sus padres se les ocurrió la idea de trabajar para que el barrio tuviera un templo.
Según recuerda Estela, en 1963 los vecinos del barrio El Rincón, ubicado en calle 8 y General Acha, notaron que tenían muy lejos la parroquia Santa Bárbara, de Villa Aberastain, que era la iglesia más cercana. Y decidieron adquirir una imagen religiosa que los acompañara en sus actividades cristianas en el barrio. Juntaron dinero y, por catálogo, eligieron una representación del Niño Jesús que mandaron a pedir a Buenos Aires. Desde ese momento la pequeña imagen pasó de casa en casa y los sacerdotes de la parroquia pocitana iban al barrio a ofrecer misa, casamientos, bautismos y confirmaciones. Luego armaron una gruta y colocaron allí la imagen del Niño que por tantos años había vagado sin un sitio propio.
El anteaño pasado, los vecinos comenzaron por fin a construir el edificio en un terreno donado por una familia de la zona. Entre todos levantaron las paredes y pusieron un techo de cañas. "Nos costó mucho, fue un trabajo a pulmón", cuenta Estela. Pero llegó un momento en que la tarea comenzó a ponerse difícil, sobre todo por la falta de dinero. Los vecinos decidieron pedir ayuda y se comunicaron con el Obrador Central de la Dirección de Arquitectura. Juntos diseñaron y trabajaron en la capilla.
"La gente de la zona había trabajado duro, por eso conservamos y mejoramos lo que habían hecho", dice el director del Obrador, Roberto García. Los empleados arreglaron la edificación que estaba hecha. Apuntalaron las paredes con vigas y el techo de cañas fue cubierto con tejas esmaltadas y con un cielo raso. Además, pusieron el piso, la carpintería y hasta los bancos. Y colocaron muchos detalles cuidadosamente ideados con los vecinos (ver aparte).
Ahora los integrantes del barrio esperan la inauguración de la capilla, que según dijeron será dentro de muy poco. Mientras, las vecinas organizan los detalles de lo que va a ser una gran fiesta.

