�En los orígenes de la actividad exploratoria minera, en 1993, habían tan solo dos empresas juniors buscando minerales en la cordillera sanjuanina, que invirtieron por entonces 2 millones de pesos en prospección y exploración. Con los años la actividad cobró impulso y en el 2011 se superaron los $300 millones y el récord fue en 2012, con $369,6 millones.