Otro de los reclamos de Cristina a los mandatarios de países desarrollados fue que que eviten conductas y leyes discriminatorias contra la inmigración.

“Vemos con mucha preocupación el trato discriminatorio que se está dando en algunos países, sobre todo en los más desarrollados, de colocar a los inmigrantes como un adversario y enemigo, cuando los inmigrantes hacen lo que los ciudadanos de esos países no están dispuestos a desempeñar”, dijo.

Fue una referencia indirecta a una nueva ley de inmigración de Arizona (EEUU) que habilita a la policía a arrestar a los inmigrantes ante la sospecha de ser ilegales. La presidenta dijo que “en los momentos de crisis económicas y desesperación social, la historia de la Humanidad demuestra que la sociedad tiende a encontrar culpables de la crisis y situarlos como culpables”.