Según las bodegas, la natamicina podría haber llegado al vino por contaminación accidental a través de productos que son insumos de la industria, como goma arábiga, gelatina, enzimas, y otros. La natamicina no es tóxica.
Según las bodegas, la natamicina podría haber llegado al vino por contaminación accidental a través de productos que son insumos de la industria, como goma arábiga, gelatina, enzimas, y otros. La natamicina no es tóxica.