Claro está que San Martín fue a Córdoba intentando buscar la victoria que le permitiera estirar su diferencia en la cima de las posiciones de su zona, pero esa idea se cayó en el mismo intento porque el Verdinegro comenzó siendo mejor, pero tuvo su primer caída cuando Deivis Barone, uno de los baluartes del fondo, se fue lesionado cuando apenas iban 6" de juego. Desde ahí, San Martín pagó feo cada ataque de su rival. Sus limitaciones siempre estuvieron en la defensa. Quiroga lo dejó en evidencia en el primer gol de Mazzola. Después, Mattia y González también cometieron equivocaciones, Para colmo Ardente también entró en eso y casi le permite a Instituto llegar a lastimar.

Sus desaciertos le permitieron a Instituto ir agrandándose con el paso de los minutos. Ya en el complemento, el Yagui Forestello intentó desesperadamente con las variantes darle el cambio que necesitaba su equipo. Si bien la entrada de Dalla Costa lo obligó al Verdinegro a ir al ataque jugando con tres delanteros, descuidó mucho atrás y casi lo paga con cada contra del elenco cordobés. Forestello, entendió que la otra falla pasaba por la generación de fútbol, por eso le dio cancha a Gelavert, pero ni con eso pudo revertir su suerte.

San Martín lo intentó. Y otra vez no lo logró. El Verdinegro todavía no puede ganar en esta segunda rueda y sigue perdiendo cancha y dándole espacios al resto de los equipos que luchan por prenderse en la lucha por el ascenso. El de Concepción si quiere seguir siendo protagonista y alimentando el sueño del ascenso, deberá corregir esos errores y trabajar en la semana intentando volver a ser el equipo demoledor de la primera fase, sino ya será tema de preocupación.