Lo primero que encontró la delegación del Ministerio de Educación enviada a la Escuela Hogar José Estrada fue dos mundos opuestos, en un contraste lamentable: mientras en un depósito había decenas de mantas y sábanas totalmente impecables, a estrenar, los chicos alojados allí seguían usando ropa de cama vieja, en muchos casos raída y en mal estado. Este panorama generó tanta bronca, que de inmediato se inició un sumario administrativo y, al poco tiempo, la directora fue separada de su cargo, situación que continúa mientras la investigan en Educación por esa causa.
Ayer este diario intentó comunicarse con autoridades educativas para conocer los detalles del caso, pero fue imposible. De todos modos, fuentes de adentro del albergue confirmaron que fue el acopio aparentemente innecesario de elementos lo que hizo estallar todo. Mientras tanto, lo que se investiga es el manejo de los recursos que hacía la directora, Leticia Muñoz; es decir, si lo que vieron allí fue producto simplemente de una administración ineficaz, o si existía algún tipo de comercio ilegal con esos elementos. De todos modos, nadie supo decir cuántas prendas y demás artículos son los que encontraron archivados.
La actual directora a cargo, Mónica Montero, le dijo ayer a Radio Colón que si bien ella era la segunda al mando detrás de Muñoz, ignoraba por completo que había una pieza bajo llave donde se guardaba todas esas prendas nuevas, además de elementos de bazar sin uso, pese a que los chicos necesitaban con urgencia todo eso. "Nos encontramos con cosas que ni sabíamos que había, como ropa de cama, por lo que el Ministerio puso a disposición del niño estos elementos, teniendo en cuenta el estado en el que estaban los que tenían", dijo la docente.
El conflicto en realidad es de vieja data, pero trascendió públicamente recién ayer. Según dijeron en la escuela, fue a fines de marzo pasado cuando una inspección de Educación dio con esta situación, que fue considerada irregular. Dos semanas después, ya estaba relevada en su cargo la directora, mientras que Montero pasaba a hacerse cargo de la Dirección y Silvia Arjona, de la Vicedirección.
Y, de la mano de los cambios, finalmente repartieron entre los chicos albergados los elementos que estaban guardados. Según explicaron desde la escuela, los recursos no llegan desde Educación con un calendario fijo, sino conforme a demanda. Por eso mismo los chicos estaban usando sábanas y mantas tan gastadas, ya que la directora anterior, dijeron, no pedía renovación ni usaba para el alumnado lo que tenía disponible.

