Interminables filas de vehículos apostados en el ingreso al Parque. En el interior del circuito, al menos 4 colectivos con turistas de distintas provincias y países. Todos, admirando un paisaje poco usual: un Ischigualasto con mucha vegetación nueva y sectores floridos. Así, esta Semana Santa dejó un balance positivo para el lugar ya que, por la cantidad de gente, tuvieron que organizar los ingresos cada 30 minutos, cuando lo usual es cada una hora.
Turistas extranjeros comenzaron a llegar el lunes pasado para disfrutar la Luna llena. Hubo gente de Uruguay, España y hasta de Francia. La mayoría fue a pasar la noche para poder ver el paisaje teñido por la luz lunar y se quedó hasta el otro día para observar el escenario iluminado por el Sol. Es por eso que la zona de acampe estuvo llena de carpas.
De a pares, los colectivos se apostaron en cada estación del circuito. Los turistas que no se cansaron de admirar el paisaje y registrarlo con teléfonos y cámaras fotográficas. También se asombraron por la postal que mostró el Parque tras las lluvias de febrero pasado. Algo poco usual fue observar la vegetación nueva al borde del camino y las flores de los arbustos. “Había googleado algunas imágenes de Ischigualasto, pero cuando llegué me asombré por el verde que encontré”; dijo Silvia Luna, de Santa Fe.
Durante este fin de semana largo, ingresaron al parque, no menos de 500 personas por día. Y como el clima acompañó, se pudo hacer todo el circuito. Hasta hace unas semanas había varios tramos cortados por las lluvias.
Cada caravana de vehículos ingresó al Parque acompañada de un guía. La gente fue tanta que hubo que hacer fila para sacarse una foto, por ejemplo, al lado del hongo, cuyos tonos verdosos llamó la atención de los turistas.
En el Parque todavía están las huellas de las recientes crecidas, los juncos que ganaron altura y el salitre en la tierra naranja, pusieron al paisaje “lunar” un toque diferente. “Es extraño ver la conjunción de formaciones rocosas grisáceas con las zonas cubiertas de hierbas”, dijo Antonio Recabarren, un turista uruguayo.

