Italo Esquivel vive en Rodeo, conoce los caminos como la palma de su mano. Junto a sus hijos Itati, Caren y sus sobrinos Marili y Sofía siguió arriba de su cuatriciclo la carrera de pie a cabeza. Su figura aparecía antes que las movilidades de Gendarmería y se lo recibía con aplausos porque cuando asomaban las luces de su máquina todos pensaban que venía la carrera.. “Conozco estos caminos de memoria, además me encanta el ciclismo”, relato Italo, que disfrutó de la carrera como nadie porque cortó camino y los vio siempre.