En cuclillas, la profesora María Elisa dio las indicaciones para que María y José pasaran por el medio del escenario, mientras quienes representaban a los habitantes de Belén les indicaban que no había lugar para ellos y la música de una huella contaba la historia de la Madre de Jesús.

Fue justo un momento antes del nacimiento del Niño Jesús, en un pesebre donde no faltaron ni los animalitos (hubo hasta un burro) ni la ambientación, porque todo estaba preparado para dar un marco especial a una representación del Belén Criollo, a cargo de los chicos del ballet Sembrando Ilusiones, de la Municipalidad de la Capital.

La calle Mendoza, cortada para el espectáculo, lució cubierta con sillas que recibieron a más de 800 personas, entre las cuales las más entusiastas fueron las mamás de los bailarines, que aplaudieron a más no poder cada danza.

En primera fila, el propio gobernador José Luis Gioja, acompañado por el vicegobernador Sergio Uñac y el intendente de la Capital, Marcelo Lima, hizo palmas al ritmo de las canciones, que los chicos interpretaron con mucho entusiasmo. Ataviados con sus trajes de color negro y blanco, demostraron que todo lo aprendido no cayó en saco roto y que se puede aprovechar al máximo cada capacidad para dar un buen espectáculo.

Mientras tanto, el Coro Villicum, dirigido por Nito Constanza, acompañó la representación del pesebre criollo con canciones navideñas y temas folclóricos, muy bien recibidos por la gente.

La entrada de una niña en silla de ruedas, que representó al ángel Gabriel y el sonido de las campanas de la Catedral, en el instante del nacimiento de Jesús, fueron dos de los momentos más emocionantes de la noche en que los chicos y adultos discapacitados pusieron todo de sí para festejar una Navidad como verdaderos artistas.