Un día como hoy, hace exactamente un año, Juan Brizuela (11) comenzaba una nueva etapa de su vida. El 11 de marzo de 2010, el niño de Colonia Fiscal fue trasplantado del corazón en Buenos Aires y dejó así un calvario que lo llevó a estar casi un año conectado a un corazón artificial, en un caso que conmovió al país. Pero el regreso del chico a San Juan, meses después, estuvo marcado por los problemas de higiene de la casa que el Gobierno les hizo, los supuestos descuidos de sus padres y una recaída en la salud que obligó a la Justicia a derivarlo a un hogar del Estado. Sin embargo, Juancito estuvo poco tiempo internado allí, ya que en enero pasado, aprovechando un viaje para control en el hospital Garrahan, la madre tomó una decisión: quedarse definitivamente en Buenos Aires. Por eso hoy, el apodado Corazón Valiente celebrará su primer aniversario tras el trasplante en un coqueto departamento que le prestaron en Capital Federal, bajo tratamiento por insuficiencia renal y con una resolución familiar adoptada: "A San Juan no volvemos más", aseguró María, la mamá del chico.

En enero, María consiguió la autorización judicial para llevar a Juan a un control en el hospital Garrahan y desde entonces no regresa al Hogar Eva Perón. Allí habían sido derivados (madre e hijo) porque de acuerdo a la causa judicial, en su casa había graves problemas de higiene y descontrol paterno que puso en riesgo la vida del niño, pese a que la familia recibía ayuda alimentaria, farmacéutica, de ropa, mobiliario y hasta una pensión de $500 mensuales.

Hoy, según contó María, los Brizuela habitan un departamento que una organización solidaria de La Plata les presta, a 2 cuadras del Obelisco y cerca del Garrahan. El lugar está totalmente amueblado, tiene piso alfombrado y aire acondicionado; además reciben alimentos, ropa y hasta una ayuda económica de esa agrupación católica. Esta situación llevó a que los padres decidieran dejar San Juan, pese que el caso está judicializado y Miguel, el jefe de familia, no tiene trabajo. "Voy a anotar a los niños a una escuela de la zona, mientras que Juan sigue con su maestra a domicilio. Hoy estamos mejor que nunca. ¿Que si tengo miedo que el juez me cite para volver? No, para nada. Si quería mejores condiciones para Juan, ahora las tiene. Yo al Hogar Eva Perón no voy a volver y a la casa que me hicieron, que ni agua potable tiene, menos. En un cajón me van a sacar de acá", afirmó María.

Por su parte, el juez de Menores Carlos Guido Ramírez, quien lleva el caso, aseguró que desconoce las intenciones de los Brizuela de radicarse en Buenos Aires y que por ahora mantendrá la autorización de que el niño y la madre sigan en esa provincia por control médico. "El tiempo que dure el control de Juan dependerá de su salud. Yo no tengo un pedido de la familia para radicarse en Buenos Aires, pero si llegaran a tramitarlo, evaluaré lo que sea conveniente para garantizar la vida del chico. Y eso quiere decir, por ejemplo, que puedo citar a los padres para que regresen a Juan al Hogar Eva Perón o autorizarlos a que se queden en Buenos Aires. Pero prefiero no opinar hasta tanto tenga los informes de la Dirección de la Niñez", dijo Ramírez.

Por su parte, Jorge Toro, titular de la Dirección de la Niñez de la provincia, afirmó que "el seguimiento en Buenos Aires lo está haciendo el equipo técnico del Garrahan y aún no recibimos su informe. Mientras tanto, la cama de Juan y de su mamá siguen disponibles en el Hogar Eva Perón".

"La verdad, este año pasó muy rápido. Peleé mucho para tener a mi hijo vivo y hoy Juan está como tiene que estar. Puede jugar a la pelota, sale con los amigos, camina dos horas por día y vivimos a unas cuadras del hospital. Allá (por San Juan) me hicieron una casa que ni baño digno tenía", contó María. Y agregó que "cuando a Juan lo mandaron al hogar (del Estado) se me vino abajo y me dijo que así, encerrado, ya no quería seguir viviendo. Pero hoy está feliz y por eso decidimos que a San Juan no volvemos más".