Sarmiento, uno de sus grandes amores, dijo que ella era "el mejor hombre que comprendía” su obra educativa. Y eso era un elogio en tiempos donde no ser hombre era sinónimo de no ser y de no hacer nada. Y, mucho menos, de ser parte de la historia. Ser valioso era ser hombre.

Juana Manso nació el 26 de junio de 1819 en el barrio de Monserrat. Su papá, José María Manso, ingeniero civil y agrimensor español, participó activamente en las acciones de la Revolución de Mayo y en el gobierno de Rivadavia.

Se la considera la primera educadora de la Argentina. Para ello, su primer paso fue educarse a ella misma. Aprendió sola a leer y a escribir en el hogar, aunque luego fue a la escuela (a la primera para señoritas de la Argentina), donde se destacaba por su singular inteligencia y el rechazo por los métodos de enseñanza. Ella leía perfectamente pero era aplazada por no poder memorizar el alfabeto. Fue una gran autodidacta de vocación literaria y pedagógica, que se interesó en el estudio de otros idiomas.

Fundó en su casa de Uruguay, donde se exilió por persecuciones a su familia del gobierno de Juan Manuel de Rosas, una escuela para mujeres y publicó sus poesías en los diarios de ese país. Más adelante en 1852, fundó, dirigió y redacta, el Periódico O Jornal das Senhoras. Modas Literatura, Bellas Artes, Teatro y Crítica en Brasil. Allí se publicaron artículos sobre la emancipación de la mujer, contra el racismo y la esclavitud, partituras, poemas y crónicas de viaje.

Mucho antes de ello, Juan Manso se enamoró perdidamente de un músico bohemio, el violinista portugués Francisco Noronha con el que tuvo dos hijas en el medio de giras a mediados del 1840 por Estados Unidos y Cuba. Pero su matrimonio fracasó y ella, terminó criando sola a sus dos hijas.

Muchos dicen de ella que fue la primera feminista argentina al convocar a sus pares a luchar por sus derechos, por una vida digna y por el acceso a la educación. Peleó por la escuela mixta, pública y laica, por las bibliotecas populares, por la libertad de culto, entre muchas otras luchas más.

En 1862 escribió el primer manual de historia argentina y de la mano de Sarmiento, fundó bibliotecas. Murió trece años después, en 1875, apenas, a los 55 años. La jerarquía católica y los sectores conservadores le negaron sepultura en el Cementerio de Buenos Aires. Hasta 1915 estuvo enterrada en el Cementerio de Disidentes.