El país lo conoció como Juancito, un simpático nene regordete y cariñoso, pero ya es un joven de 16 años que sueña con un futuro mejor. Es Juan Brizuela, que hace 5 años recibió un trasplante de corazón y que conmovió al país con su historia. El 27 de noviembre de ese mismo año el Gobierno decidió trasladarlo a un hogar estatal porque tuvo una recaída después de la operación y por falta de cuidados. Pero al poco tiempo regresó con su familia con la que aún vive en condiciones precarias, en su casa de Colonia Fiscal, en Sarmiento. Dijo que sueña con ser médico para poder salvar vidas, aunque cree que eso será imposible porque tuvo que abandonar la escuela para hacer changas, ya que a su padre lo operaron del corazón recientemente y tuvo que dejar de trabajar.

Ya no tiene que madrugar para ir a la escuela. Igual se levanta todos los días antes de las 7 de la mañana para controlar que su padre tome los remedios y para salir a buscar alguna changuita. “Ahora que mi papá está enfermo soy el hombre de la casa. Hay días que acarreo leña o trabajo en los melones. Otros, me dedico a arreglar motos a los vecinos porque sé algo de mecánica, de intruso nomás. Siempre busco cómo ganar mi plata porque no quiero pedirle nada a nadie ni dar lástima. Por suerte tengo el corazón fuerte y estoy muy bien de salud”, dijo Juancito, que ahora pide que lo llamen Juan.

Mejorar su casa (las lluvias del 2013 la inundaron), casarse y tener hijos son los planes más concretos que tiene este chico para su futuro. Aunque de vez en cuando también se permite soñar. Dijo que quiere ser médico para salvar vidas tal como hicieron con él. No descarta la posibilidad de retomar el secundario, pero cree que cumplir su sueño será imposible. “Prefiero conformarme con lo que voy logrando antes que imaginarme que algún día puedo ser doctor. Quiero ver si puedo comprar unas gallinas para tener en casa y vender huevos, mientras tanto ya planté un poco de tomate para vender y comer. Me gusta sentirme útil”, agregó.

De su pasado sólo quiere recordar que le ganó a la muerte y que en familia lograron superar todas las pruebas. Ni siquiera se atreve a juzgar a su familia. Dijo que sufrió mucho cuando en noviembre del 2010 lo llevaron a un hogar estatal porque sus padres no lo cuidaban como era necesario. Una situación que negó rotundamente. “Mis padres me quieren mucho y lucharon mucho para que yo viviera. Siempre me acompañaron. Es por eso que quiero tener un buen trabajo para darles una mejor vida. Sé que si me lo propongo lo voy a lograr”, dijo, mientras ponía a punto la moto de un vecino.

Se aproxima la Navidad y el cumpleaños número 17 de Juancito que será el próximo 19 de enero. Dijo que no quiere nada en especial para ninguna de las dos ocasiones porque ya tiene lo que necesita: vida, salud y una familia.

La historia de Juancito se hizo conocida tras la publicación de una nota de DIARIO DE CUYO, en abril de 2009. El chico fue internado en julio de 2008, ya que su corazón era más grande que lo normal. Tras varios meses internado en el Hospital Rawson su corazón dejó de latir y fue conectado a una máquina para sobrevivir. Esos fueron momentos duros. Estuvo 11 meses así, hasta que recibió un trasplante en marzo de 2010. La operación y recuperación fue seguida por medios nacionales, al punto que despertó hasta la solidaridad de los jugadores de Boca, como Riquelme, Insúa, Viatri y García, que le llevaron una camiseta autografiada al Hospital Garrahan.