De a poco, como si fuese un trabajo de hormiga, San Juan venía año tras año mejorando su rendimiento en los Juegos Binacionales. Sin embargo nunca había hecho podio hasta la 14ta edición que precisamente organizó la provincia entre el 12 al 16 de octubre. Fue el año de la explosión de los "pibes". La que se esperaba pero que superó amplia y gratamente las expectativas. San Juan finalizó tercera y lideró la tabla de rendimiento por deportes.

Otro suceso deportivo histórico para la disciplina amateur enfrentando a tres provincias argentinas y cuatro regiones chilenas.

La política deportiva tuvo su rédito. Un plan a largo plazo que funcionó. Los abanderados fueron Valentín Vargas, quien se despidió de los Binacionales con tres medallas de oro y tres de bronce. Y Emiliano Contreras con dos oros y dos platas. Preseas esperadas, que se unieron a los logros del tenis femenino y masculino que se quedaron con el uno por primera vez, más los oros -en varones- del fútbol y el vóleibol, sumado el auspicioso segundo lugar del básquetbol.

Pasaron los Binacionales y fue misión cumplida. Un 2011 en el que se trabajó a pulmón, sin el respaldo suficiente y por ello es que lo conseguido vale tanto que merece su reconocimiento.