Desde la semana pasada se repite en los medios la idea de Marcelo Lima, intendente de la Capital: quiere que la provincia le traspase a su municipio la administración y el mantenimiento del Parque de Mayo, con presupuesto incluido. Ayer, tras ratificar esa intención, el funcionario le dijo a este diario que de esa manera tendrá todo aceitado para poder realizar actividades culturales como bailes folclóricos o celebraciones con concursos de canto. Además quiere incluir allí las Pistas de la Salud que funcionan en muchas plazas del departamento. A la vez, aclaró que no ve mal el trabajo que realiza en el parque la Dirección de Arquitectura provincial, encargada de su mantenimiento. Si se concreta el traspaso, el parque volverá a manos municipales tras 8 años, cuando la gestión de Alfredo Avelín Nolléns devolvió su administración a la provincia porque no podía mantenerlo con fondos propios.
"Yo veo que la gente que hace deporte en el parque no está contenida, es decir, no se le ofrece nada. Si pasara a nuestras manos, los invitaríamos allí mismo a las Pistas de la Salud y a otras actividades, como las que hacemos en muchas plazas", dijo el intendente. Al mismo tiempo, reconoció que todavía no tiene preparado algún plan de nuevas actividades en el pulmón verde por si le dan un guiño a su idea del traspaso.
El objetivo es recibirlo con las partidas presupuestarias que la provincia destina a mantenerlo. Lima desconoce ese monto y distintos funcionarios de Infraestructura no respondieron a este diario cuando se los consultó.
Según Lima, el asunto del traspaso lo viene charlando con la gente de Arquitectura y el gobernador, José Luis Gioja, desde hace varios meses. Pero su idea recién se conoció después de la muerte de un perro en el parque; el animal, hace una semana, quiso beber agua al pie de una farola y se electrocutó, y eso desnudó el robo de energía y el peligro para la gente.
A principios del siglo pasado, el Parque de Mayo no tenía ese nombre y no pertenecía al Gobierno provincial. Era del municipio de Desamparados, que lo donó a la provincia. En 1910, por ley, se lo bautizó como Parque de Mayo.
En 1978, una norma provincial determinó que el Poder Ejecutivo de San Juan transfería a la Capital el mantenimiento del paseo. El gobierno provincial seguía siendo el propietario del lugar y lo es hasta ahora. Desde entonces la comuna con sus empleados se hicieron cargo del sitio. Sin embargo, en 1997 el intendente Daniel Coll le delegó esa responsabilidad de mantenimiento a una empresa privada, porque el espacio estaba muy deteriorado y necesitaba una remodelación de especialistas.
En 2001, ya con Avelín Nolléns a la cabeza de la Capital, la comuna devolvió el manejo del parque a la provincia. El factor económico fue el impulsor porque desde el municipio alegaban que no se podían hacer cargo de los 56.000 pesos que se le debía pagar por mes a la empresa privada.
A mediados de 2002 la compañía dejó de mantener el parque y éste, a los pocos meses, se deterioró, había plantas y césped secos y mucha basura. Desde la Dirección de Arquitectura provincial dijeron en ese momento que no disponían de los recursos necesarios para que la empresa siguiera trabajando. En la actualidad, esa repartición continúa a cargo del mantenimiento del pulmón verde de San Juan, cuyo estado general mejoró después del episodio del perro electrocutado.