Quisieron ver tele, jugar al Sega, sacar los rompecabezas, usaron los pasillos para abrir los envoltorios de los juguetes, Joel correteó por todo el lugar con una pelota y las nenas dieron vueltas en la calesita. Los invitados especiales que tuvo Casa Sahni para realizar la producción de fotos se sintieron tan a gusto que convirtieron al moderno edificio en su patio de juego. Además, los chicos compartieron algunos juguetes y hasta brindaron, como si fueran grandes, por un feliz Día del Niño.
El movimiento de los chicos rompió con la tranquilidad sabatina en la Casa Sahni, que fue diseñada precisamente para ser un lugar adaptado a los pequeños y a la vez para darle confort a los padres que allí deben alojarse.
Los primeros en llegar a la cita fueron Carlita y su familia, mientras que poco a poco fueron sumándose los otros protagonistas de la nota. Aunque no se conocían, los papás contaron que conocían los distintos otros casos a través de los medios.
A medida que ganaban en confianza, los chicos fueron soltándose más. Las primeras fotos tuvieron demasiadas caras serias, pero luego dejaron los nervios de lado. Las mamás de las bebés Nicole y Carla confiaron en los brazos de los hermanos Perea para sostenerlas y luego de cientos de disparos de la cámara de fotos en tres sitios diferentes dentro del edificio, los pequeños superaron la producción fotográfica.
A esa altura, las anfitrionas de la casa ya habían preparado una sala con el catering y entonces los chicos pudieron cargar energías. Aunque había varias mesas, terminaron ocupando dos, todos juntos y compartiendo. Los más cancheros entonces brindaron con vasos de vidrio y los papás aprovecharon para sentarse un rato.
Los padres, que ya conversaban como si se conocieran de siempre, coincidieron en la fortaleza de sus hijos y la entereza diaria para no bajar los brazos.
La mamá de Jesús, que sólo puede alimentarse por sonda, sacó una leche especial que le administra a través de una jeringa, y Pamela amamantó a Nicole, que pese a que se portó como una diosa durante la sesión fotográfica, a esa altura ya tenía hambre. Melina, la madre de Carlita, preparó la mamadera y todos los chicos bajaron un poco las revoluciones.
Pero fue por un rato, porque entonces fueron repartidos algunos juguetes y otra vez los niños volvieron a llenar de sonidos y alegría el lugar. Algunos se fueron al patio y otros se acomodaron en los grandes sillones del SUM.
Pasado el mediodía, lentamente los chicos y los adultos empezaron a despedirse de Casa Sahni, que durante un par de horas fue el mejor lugar para los niños.
Gentilezas: Casa Sahni, Juguetería Puerto Libre y Catering Tía María.