En el galpón de su casa, ubicado en la esquina de Corrientes y Antártida Argentina del barrio Fronteras Argentinas, Juan Campos tiene su fábrica de conservas La Jachallerita. El pequeño lugar es una invitación a mirar las estanterías con productos tradicionales y tentarse con la variedad, degustación incluida.

Además de los tradicionales dulces de alcayota, membrillo o tomate, cuya materia prima nace en los campos jachalleros, allí también elaboran otros productos más llamativos y poco convencionales, como el dulce untable de membrillo, que lo llevó a ganar un premio de ArgenINTA por la innovación, puré de manzanas con miel, uva en licor de uva, salsa natural de tomate semipicante o aderezo semipicante ahumado, ideal para los tucos, todo desde $15.

De La Jachallerita salen productos a restaurantes y hoteles 5 estrellas de Buenos Aires, a la vez que la fábrica artesanal está enmarcada en un movimiento internacional llamado Slow Food, que es contrapuesta al fast food (comida rápida).