Mantener la piel y la cuchilla mojada. Esto creará una fina película de agua entre la cuchilla y la piel haciendo que se deslice mejor y la dañe menos.
Utilizar agua caliente durante el afeitado y para limpiar el rostro, y agua fría después para cerrar los poros, refrescar la piel y evitar el sangrado si se ocasionaron algunas lesiones.
La espuma de afeitar no es de efecto instantáneo, por eso es mejor dejarla actuar durante uno o dos minutos. También es recomendable comenzar por las zonas más sencillas, como los lados de la cara, y dejar que la crema siga ablandando el vello en las partes más complicadas, como el bigote o el cuello.
Afeitarse contra de la dirección de crecimiento del vello proporciona un mejor resultado, pero también daña más la piel, y es más probable que se produzcan cortes. Es mejor comenzar a favor del crecimiento del vello y afeitarse en contra en algunas zonas sólo si es absolutamente necesario.
Al terminar lavar la cuchilla, pero no usar paños o toallas para secarla, ya que esto hará que pierda el filo rápidamente. En su lugar, simplemente agitarla un poco para eliminar el agua.
Es conveniente utilizar un after shave después del afeitado, pero es fundamental que no contenga alcohol, ya que en este momento la piel estará irritada.