Extranjeros. Uno de los grupos que accedieron a esta travesía estaba compuesto por personas que venían de Alemania.

Un viaje de ida que no dura más de 40 minutos y que penetra las más llamativas quebradas. A caballo, disfrutando del paisaje, donde el único sonido posible es el del galope de los animales. El mejor premio es la llegada a destino. Un sitio cuyo paisaje impacta. Esto es lo que viven quienes deciden participar de las cabalgatas que organizan los gauchos pocitanos hasta el Baño de la Lechuza. Así, los jinetes de la Agrupación Gaucha Joaquín Uñac, junto al Municipio de Pocito, brindan una propuesta diferente para las vacaciones y a pocos kilómetros de la ciudad.

El punto de partida es Calle 15 y Aberastain, en Pocito. De ahí, los turistas siguen el trayecto a caballo. Son unos 40 minutos de ida, por Calle 15 al Oeste, para llegar a las famosas vertientes que, según los lugareños, tienen propiedades curativas. Ahora no hay agua allí, pero 200 metros más adentro del cerro, empezó a surgir otra vertiente similar.

Son dos kilómetros los que se recorren a caballo y guiados por los jinetes más experimentados. Las vertientes de agua sulfurosa siempre fueron la atracción del lugar, pero hace un par de años, los gauchos locales decidieron revivirlas. Es por eso que comenzaron a organizar una cabalgata y este año, junto con el municipio, decidieron ofrecer el tour a los visitantes, tanto locales como los que llegan de distintos puntos del país.

El área comprende una superficie de 8.500 hectáreas. Los paredones de arcilla son imponentes y los cerros empinados protegen el lugar del viento y las heladas. Esta es una de las postales que más llama la atención de quienes hacen la travesía. Algarrobos, arbustos, jarillales forman parte de la vegetación de las quebradas que conducen a las vertientes. Mientras que, si se tiene ojo atento, se puede ver algún chinchillón o vizcacha de la sierra, si es de noche. Además se puede avistar benteveos y calandrias.

Los impactó el paisaje. Tradicional. Desde el 2015 se realiza una cabalgata a este sitio. En 2017 participaron cerca de 400 jinetes.
 

Al llegar al Baño de la Lechuza, el expedicionario se encuentra con una ramada que los integrantes de distintas agrupaciones gauchas del Sur de la provincia levantaron para protegerse del sol y también del frío. Allí toman un descanso, que en general va acompañado por un mate o una taza de yerbeado caliente. Mientras que los organizadores colocan en el aceite hirviendo las sopaipillas que dejan a más de uno con la boca abierta. En este lugar también se puede dedicar un minuto a la oración ya que allí construyeron una gruta en honor a la Virgen de Andacollo.

Los organizadores comentaron que no hay que ser un jinete experimentado para participar de esta travesía, ya que van montando caballos mansos y guiados por expertos en esta clase de actividades.

Más datos

El contacto

Esta es la primera vez que se organizan cabalgatas a este destino para la época de vacaciones. La idea es continuar con la actividad. Los interesados en experimentar la travesía al Baño de la Lechuza, pueden hacerlo todos los días de 10 a 17. Se sale desde la Bodega Viñas de Segisa, con previa reserva al 0264 155300888 (Daniel Guzmán). La travesía cuesta 450 pesos.

Multitudinaria

En 2015 comenzaron a realizar las cabalgatas al Baño de la Lechuza, pero fue sólo para las agrupaciones gauchas del Sur de la provincia. El año pasado, a pesar de las bajas temperatura (se hizo en el mes de junio), unos 400 jinetes, encabezados por el intendente Fabián Aballay, llegaron al lugar. Este año tuvieron que suspender la cabalgata por la epidemia de gripe entre los caballos de la provincia.