Los pellets no es el producto final, sino que es el producto transportable, que luego se hace harina fuera del país para constituir un nuevo subproducto que en una nueva fórmula se destina a todo tipo de dieta animal. La construcción de la planta pelletizadora en Albardón está permitiendo acortar esa distancia, son primeros pasos, pero para asumir compromisos de provisión con el exterior la capacidad todavía es poca.
La mejor manera de producir es en rollo, ya que es más barato (sólo representa el 30% del costo de hacer un fardo de igual peso) y la planta en Albardón está preparada para rollos.
Brizuela resalta que "la organización que está llevando el municipio debe ser muy bien coordinada. Es decir que si un productor consigue una venta anual, y la planta recibe la pelletización de más productores de los que tenga capacidad de producir, los que tengan contrato real de venta, no podrán continuar haciéndolos, porque los contratos se caen al no poder cumplir el productor con la entrega. Hay que evitar cuellos de botella.
Hoy nuestra empresa ofrece un programa de trabajo a los productores a un precio medio anual.
Comenzamos en pleno invierno comprando alfalfa para el mercado externo. A un precio razonable que lo mantendremos durante el verano. Exigimos calidad, pero ofrecemos estabilidad y asesoramiento para disminuir los costos".
Según el empresario, la firma compraría el pellets ya terminado de contado. "En Big bag de 1.000 kilogramos. Hoy un fardo de pasto se esta pagando a $30 (de 25 kilos más o menos a $1.2 el kilogramo). La idea es pagarle al productor a $1,6 el kilogramo de pellets, por lo cual le quedaría un fardo de 25 kilos más o menos en $40 con IVA incluido. Son $5 más de lo que lo esta vendiendo hoy".
