Las ruinas de la ex Bodega Las Lomas, que hasta el año pasado habían permanecido bajo el agua del Dique de Ullum durante 27 años, volvieron a quedar en la superficie. Parte de la construcción principal, los cimientos de las oficinas y el gran árbol que tiene parte de sus raíces al aire libre y que supo dar sombra a la construcción, están otra vez al alcance de los ojos de los visitantes.

Las murallas de adobe del edificio principal de la bodega se ven completamente. Igual que los cimientos de las oficinas. Y el árbol con sus raíces al descubierto, también se puede observar. Claro que el nivel del agua no es tan bajo como el año pasado, por eso las bocas de las piletas y la hilera de troncos de árboles talados que corrían paralelos a la calle principal del pueblo, que el año pasado salieron a la superficie, ahora siguen escondidos.

Quienes llegan hasta Playa Hermosa se topan con los restos de la bodega. Se ve gente que pasea sobre sus escombros, hace un recorrido por las bases de donde habían estado los muros y toman sol sobre cadáveres de los adobes desparramados. Hay sectores, como algunas escaleras, que siguen prácticamente intactos. Y no todo es respeto y admiración por la historia: en las raíces de los árboles de aquella época ya hay varias botellas plásticas y residuos enredados, y en algunos muros ya estamparon graffitis con aerosol.

Cuando la reserva de Ullum se cubrió de agua toda esa zona del pueblo ullunero quedó escondida. En mayo del año pasado DIARIO DE CUYO mostró las imágenes de las ruinas de la Bodega Las Lomas, perteneciente a la familia Graffigna, que se pudieron ver por primera vez después de casi 30 años en las orillas de ese sector. De inmediato, el lugar se pobló de curiosos que fueron con cámaras fotográficas para conocer ese testimonio histórico y registrarlo. La aparición de los restos de la construcción se dio porque el caudal del dique bajó como consecuencia del llenado del dique Los Caracoles.

El espectáculo que dio la bodega con sólo salir a la luz, dejó con la boca abierta a muchas personas que se acercaron hasta la playa para admirar el paisaje que había estado oculto. Inclusive, los vecinos de la zona y la Municipalidad de Ullum ofrecieron un servicio de guía para explicarles a los visitantes qué estaban viendo.

El espectáculo duró alrededor de tres meses. En agosto pasado, todo, salvo la copa del árbol, había quedado otra vez oculto bajo el agua. Y muchas personas que no llegaron a la playa antes de eso, se quedaron con la ganas de ver la construcción antigua. Ahora, como el caudal de agua volvió a bajar, hay una nueva oportunidad para admirar ese fantasma del pasado.