"Esta casa le fue fatal, le precipitó la muerte; tanto trabajo se tomó él mismo en dirigir, en hacer jardines, plantar árboles, dotarlos de agua para regar. Estaba muy impaciente porque no se encontraba agua en el pozo que estaba cavando. Al fin, a los treinta metros se encontró, y tuvo tanta alegría cuando lo supo, que con sus entusiasmos y vehemencia de siempre se agitó tanto, ordenando que se suspendiera el trabajo, que le trajeron cerveza a los peones y se pusieron banderas argentinas y paraguayas". Esto es lo que escribió Eugenia Belín, la nieta de Sarmiento, respecto a la casa isotérmica que intentó construir en Paraguay.

Esta fue su última obra arquitectónica. Una obra de vanguardia. La construcción de última generación, la empezó a construir a unos pocos metros de la habitación de madera donde murió. Era una vivienda realizada en chapa doble de acero con una cámara aislante en el interior de sus paredes. Esto era ideal para mantenerse aislada del frío y del calor. Pero nunca la vio terminada.