Hasta hace pocas semanas, ninguno de los ocho pasantes que vienen de distintos puntos del planeta a estudiar en la UNSJ tenía idea de qué era el asado. Tampoco habían experimentado el agobio del viento Zonda. Ahora, estos estudiantes no sólo son capaces de dar un pantallazo sobre la ciudad sanjuanina. Sino que además tienen bien en claro qué les gusta y qué no de esta provincia. Pero fue la ciudad lo que los atrajo y llegaron a perfeccionarse en distintas áreas. Se trata de estudiantes que vienen de México, Brasil, Panamá, Grecia y Rumania. Todos vinieron en el marco de un programa de intercambio y están realizando las prácticas en Ingeniería y Arquitectura.
A la hora de elegir un destino para perfeccionarse, estos estudiantes eligieron la Universidad Nacional de San Juan por los proyectos que les ofrecían. La mayoría, relacionados con las características edilicias de la ciudad sanjuanina.
"Lo que más me llamó la atención es la consolidación urbana que hay en San Juan. Sé que es una ciudad que se levantó de cero después de un terremoto. Y por ello su modernidad me impactó", dijo Jazmín Martínez, una mexicana que está estudiando Arquitectura y llegó a San Juan hace un mes y medio. Mientras que para Eliana Lossa, que viene de Brasil, lo más atractivo fueron las cunetas. "Para mí es importante ver una ciudad que no se parece en nada a donde yo vengo. Eso me abre el panorama para seguir aprendiendo", contó la brasileña que llegó a San Juan para trabajar en un programa de Planeamiento Urbano.
"Elegí esta provincia no sólo por el idioma castellano. Además me atrajo la cantidad de programas que se trabaja en Ingeniería", contó José Morales, que vino desde México y cursa el último año de Ingeniería Electromecánica. El muchacho se encuentra trabajando en un dispositivo de medición de corriente, dentro de la Facultad de Ingeniería.
Ansiosos por aprender, dinámicos y muy jóvenes (tienen entre 22 y 23 años), los pasantes extranjeros no se cansan de recorrer la ciudad. Miran con admiración las antiguas construcciones, en contraste con la arquitectura moderna. Y hasta se animan a aprender a bailar tango. Aunque dicen que la deuda pendiente es ir a alguna peña folclórica.
Pero no todo el impacto pasa por el paisaje sanjuanino. A Thrasivoulos Karayiannis, un estudiante griego, lo que más le impresionó fue el trato con la gente. Dice que los sanjuaninos son muy amistosos y hospitalarios. "Me siento como en casa", contó el muchacho, que está en el último año de Arquitectura.