Si bien el Sedes Sapientiae (instituto de educación superior del obispado) fue fundado por el primer obispo gualeguaychense en 1963, actualmente tiene todo el sello de monseñor Lozano. Él instituyó una nueva manera de trabajar, que consiste en reunir a todos los docentes, plantear lineamientos y escuchar todas las situaciones que merecen ser resueltas. Terminadas las reuniones, se queda hablando con cada uno para estar más al tanto. Esa modalidad de diálogo abierto es interesante en una institución educativa que se afianzó como estrategia de movilidad social.
La mayoría de sus 450 estudiantes proviene de familias pobres o que al menos no les alcanza para irse a estudiar afuera de Gualeguaychú. Egresa entre el 40 y el 50% de los inscriptos (tasa muy por encima de la media nacional, que no llega al 30%) y casi el 90% que se recibe es el primero en su familia en tener un título superior, de cualquiera de las 6 carreras. En los primeros años, el Sedes beca a los alumnos. Y a los avanzados, les consigue pasantías en empresas vinculadas a su carrera para que puedan costearse los estudios. Hoy hay 40 jóvenes trabajando con estas pasantías.
