Esperanzado. Ángel Pérez, de 60 años, dijo que decidió aprovechar las elecciones para vender algodón de azúcar en las escuelas y juntar plata para comprarles el regalo del Día del Niño a sus nietos.

 

Ángel Pérez es cartonero, pero por ayer cambió de rubro. Este hombre de 60 años se instaló en la esquina de la Escuela 14 de Febrero, en Rawson, para vender algodón de azúcar y en un intento de hacer unos pesos extras.

‘Pensé que podía aprovechar la ocasión para hacer una changuita. Elegí instalarme en esta escuela porque es donde voto, así mato dos pájaros de un tiro’, dijo el hombre que tuvo pico de ventas cerca del mediodía, cuando llegaron a votar personas acompañadas por sus hijos pequeños.

En tanto que la mayor venta para Karen Tejada se dio durante las primeras horas de la mañana. Es que ella vendió pan, semitas y facturas caseras.

Sus clientes fueron quienes madrugaron para votar y que a la salida de la escuela compraron algo para tomar mate de regreso a sus casas. ‘Todos los días me pongo a vender bajo el puente de Ruta 40 y calle 5, pero hoy me instalé en la esquina de la escuela para aprovechar las elecciones.

Hasta ahora me está yendo mejor de lo esperado. Espero que siga así’, dijo la mujer que desde las 6 de la mañana instaló su puesto de venta frente a la Escuela 14 de Febrero. 

Las esquinas de la Escuela Antonino Aberastain, en Pocito, también se convirtieron en un stand de venta ocasional. En el sector sur se instaló un vendedor de algodón de azúcar, mientras que en el sector norte se ubicó un hombre que vendía muñecas, pelotas y autitos, en la previa del Día del Niño que se celebrará el fin de semana que viene.

Pollos a las brasas, cactus y empanadas fueron otros de los productos que se pusieron a la venta en las inmediaciones de las instituciones educativas donde se llevó a cabo la votación.

Aunque la venta callejera no fue la única changa que realizó la gente para aumentar los ingresos. En todas las escuelas también hubo cuidacoches.