Micaela y Melani, gemelas de tres años, llegaron al Hospital Rawson junto a su mamá, a las 5 de la mañana de ayer para hacerse atender por el médico. Justo cuando estaban por volver a su casa del departamento 9 de Julio, el rostro se les iluminó al ver avanzar por el patio a los Reyes Magos cargados de regalos, pero sólo para repartir entre los niños que estaban internados. Sin embargo, las nenas, al igual que una treintena de niños que también había ido a los consultorios externos, no perdieron la esperanza de recibir un obsequio y se quedaron en la puerta del hospital para esperar que los Reyes volvieran a salir. Finalmente, y tras alguna resistencia de algunos funcionarios, la espera de más de dos horas se vio recompensada por los juguetes que recibieron casi al mediodía de ayer, cuando se celebró el Día de Reyes Magos.

"Vine a hacerle unos estudios a mi hijo, pero no se quiere ir hasta que salgan los Reyes", contó Mariela Altamirano. Así, los chicos esperaron en el patio, formados en fila de mayor a menor, listos para recibir un regalo. Mientras tanto, en el interior del nuevo hospital, una comitiva oficial, encabezada por el vicegobernador Rubén Uñac, recorrió la internación de Pediatría, el sector de Oncología Infantil y hasta la Terapia Intensiva. A diferencia de otros años, la visita de los Reyes Magos a los chicos que se encontraban internados fue bastante controlada y siguiendo algunas normativas que el mismo director del hospital, Héctor Carelli, les explicó. Es por eso que no pudieron ingresar a las habitaciones y los papás salían a los pasillos a recibir los regalos. "Acá hay chicos que están muy delicados, algunos tienen muy bajas las defensas y no podemos exponerlos a ninguna clase de contagio. Por eso el ingreso de las visitas es tan restringido", dijo Carelli a la comitiva que desembarcó en el hospital, ayer por la mañana. Entregaron regalos a los 160 chicos que se encuentran internados en esta parte del hospital.

Mientras tanto, los chicos que estaban en el patio no se movieron de su lugar. Ni el cansancio, ni el sol que empezó a pegar fuerte cerca del mediodía, hizo que abandonaran su puesto de espera. Y cuando, entre las puertas de vidrio, vieron que se acercaban los Reyes Magos, el rostro se les iluminó. Algunos empezaron a aplaudir y otros agitar las manos para no pasar desapercibidos. Pero el clima de alegría cambió cuando Fabián Pereyra, subsecretario de Articulación, de Desarrollo Humano, salió y les dijo que los regalos sólo eran para los niños internados. Sin embargo, a pesar de la mala noticia y las caras largas, los niños no se movieron del lugar. Incluso se apostaron al lado de la combi en la que habían guardado los juguetes que habían sobrado y que iban a ser repartidos ese mismo día, en algunas colonias de verano. Al ver que los chicos no desistían y que seguían pidiendo un regalo, a pesar que ya era casi mediodía, la gente del Ministerio bajó los juguetes que tenía destinados para los camping y los empezó a repartir entre los niños que pasaron más de dos horas esperando por un obsequio de Reyes. Y por la emoción, algunos se pusieron a jugar en el patio del nuevo hospital.