* La estatua que recuerda a Laprida en la plaza homónima fue construida y estaba lista para ser erigida en 1898, pero por distintas demoras, terminó siendo instalada recién en 1904. Para su inauguración fueron repartidas invitaciones en papel francés y mandaron a acuñar 3.000 medallas alusivas. El Museo Gnecco conserva de esas tarjetas y medallas.

* Esa misma estatua es obra del escultor Lucio Correa Morales, el mismo autor de la estatua a Fray Justo que hay en la plaza 25 de Mayo. Correa la hizo en base a un retrato que él mismo vino a buscar a San Juan, para ponerse luego a trabajar en Buenos Aires, donde él vivía. La construcción de la obra costó 8.000 pesos y el traslado salía 5.000 pesos. Como no reunían ese último dinero, la estatua llegó a San Juan recién al año siguiente de ser terminada, gracias a una comisión de damas que recaudó los fondos.

* La idea oficial era inaugurarla el 9 de julio de 1899, pero esta vez se demoró la construcción del pedestal, así que la estatua quedó archivada en los depósitos del ferrocarril. La postergación fue porque decidieron sobre la marcha hacer el pedestal de otro material, distinto al acordado por contrato. Pedro Grossi construyó el pedestal, que costó 3.800 pesos.

* La estatua finalmente fue inaugurada el 25 de septiembre de 1904. Además de los souvenires mencionados que fueron repartidos ese día tras la ceremonia, también estaba Agustín Gnecco entregando postales con una foto de la puerta rescatada de la Casa de Tucumán, que permanecía expuesta junto a sus piezas de colección desde el año anterior en San Juan. Esa postal es la que ilustra el pie de la tapa de este suplemento especial.