San Martín proyectó a su ejército a la victoria después de planificar cada detalle para atravesar la cordillera. Su estrategia se basó en hacer que 6 columnas atravesaran el macizo por distintos puntos. El objetivo: despistar al enemigo para aniquilarlo en Chile, ocupar Santiago y contar con el espacio para continuar las operaciones sobre Lima. Para ello debían engañar a los realistas sobre las líneas de invasión, para obligarlos a mantener dispersos a sus soldados.

Las columnas debieron desplazarse por caminos distintos y tuvieron funciones diferentes. Para algunas, el fin fue liberar provincias enteras. Otras, debían confundir al enemigo y obligarlo a dividirse. La columna principal tenía como objetivo el ataque mayor y la ocupación de la capitanía chilena. La proeza radicó en dirigir un ejército de 5.000 hombres, atravesar la cordillera y lograr el triunfo en Chacabuco.