Primero fueron las trompetas, luego las percusiones y, finalmente, los cascabeles al son de la danza lo que irrumpió en el corazón del centro sanjuanino al mediodía de ayer, cuando la procesión en honor a la Virgen de Copacabana, patrona de Bolivia, arrancó por Avenida Central. Se trata del tradicional festejo de religión popular que lleva adelante la Agrupación Fraternidad Cultural Boliviana Centralistas, que trabaja en la provincia desde hace 27 años, al mando de la familia Aguilar.

La fiesta por la patrona arrancó con una celebración en la Catedral, con las imágenes de la “Virgen Morena”. Luego comenzó la procesión en Central y Mendoza, hacia el Oeste por la avenida, con un impresionante despliegue de colores y brillos en los trajes de los danzantes. Las chicas hicieron los tradicionales pasos de quiebre de cintura, con sus chalecos llenos de lentejuelas, y los varones saltaban, siguiendo los instrumentos. Había trajes complejísimos, con armazones de cuerpo entero que simulaban el cuerpo de pavos reales. Y también se destacaban las faldas amplias de las mujeres bolivianas que llegaron invitadas de Buenos Aires.

La fiesta siguió por la tarde en la zona de Paula de Sarmiento casi Benavídez, en Capital, donde volvió a verse todo el despliegue colorido y musical de la procesión. Y por la noche llegó el turno de los fuegos artificiales, para cerrar una jornada de fiesta de la fe boliviana, que ya es parte indiscutible de la cultura sanjuanina.