Para los jachalleros, la fiestas patronales en honor a San José, el patrono del departamento, tuvieron esta vez un condimento especial. Es que la festividad mayor se llevó a cabo ayer, justo cuando el Papa argentino Francisco, asumía como jefe máximo de la Iglesia Católica. Fue en este marco de alegría y devoción que concluyeron las actividades religiosas que comenzaron la semana pasada en el departamento de Jáchal. Incluso ayer el municipio decretó asueto a sus trabajadores y muchos chicos no fueron a la escuela para participar de los festejos.

Desde muy temprano, cientos de peregrinos y devotos, tos, sacerdotes de otras jurisdicciones eclesiásticas, fieles de alejadas comunidades rurales llegaron al corazón de la ciudad jachallera para participar de las actividades centrales en honor al humilde carpintero de Nazareth.

Las calles principales fueron adornada con gallardetes con los colores patrios y papales y un santuario jachallero ornamentado con una gran bandera papal colgada desde la tradicional torre de 36 metros de altura y tres gigantografías en las naves centrales y cientos de globos en el atrio parroquial, marcaron el excelente clima festivo que vivió ayer todo el departamento.

El Salón Cultural Dalmira Rivas de Suizer, ubicado en el costado Sur de la Iglesia local fue el lugar donde realizaron las principales actividades religiosas de los jachallaros, ante el cierre de la Iglesia principales por trabajos de remodelación y mejoramiento de su estructura. Este sitio recibió una impresionante cantidad de fieles durante toda la jornada. Desde las 8, cuando se llevó a cabo la primer misa, y a las 10, durante la celebración de los peregrinos.

Por la tarde se realizó la tradicional procesión por las calles de Jáchal, presidida por la imagen del santo y las autoridades departamentales y provinciales. Todo esto concluyó con la celebración de la misa en el altar que se levantó en la intersección de las calles San Juan y Juan de Echegaray.

Al finalizar la fiesta, se realizo el tradicional sorteo de un Bono Contribución, en beneficio de la iglesia local. Pero el broche de oro lo pusieron los artistas que subieron al escenario.