“Me agarró el miedo hace cuatro años. Le habían hecho un análisis del corazón a mi hijo y salió mal. Al otro día me subo a un avión con él y pienso: tiene 10 años y yo 42, las mismas edades que cuando murió mi viejo. Empecé a transpirar, me tuve que bajar. Me puse a llorar. Ahora, cuando vuelo me tomo una pastilla y un ron para pasarla mejor”, reveló.