Para erradicar cualquier ejemplar del arbolado público primero hay que solicitar el permiso a la Subsecretaría de Medio Ambiente. Después el municipio o los frentistas se deben encargar de la erradicación, con los costos que eso implique. En algunos casos, cuando los árboles representan un peligro en la vía pública u obstaculizan cables o luminarias, es el municipio el que se hace responsable. En el caso de los dos carolinos, la autorización está desde hace varios años, pero aún no hay quién se haga cargo del problema.
