San Juan, 26 de febrero.- María Audelina López nació un 26 de febrero pero hace 103 años atrás, en la provincia de Córdoba. Luego de que cumpliera un año de vida, se radicó con sus padres, Laureano López Peláez y Antonia López de López, en San Juan. Actualmente vive con su cuñada, Dorita Merenda viuda de López, su sobrina Silvia López, la bisnieta de su hermano César López fallecido hace un año y tres meses, Emma Castillo y la mujer que cuida día a día de ella, Ana Cristina Martínez en la casa que alguna vez compraron sus padres por calle Alem entre Cereceto y Pedro Cortínez.
Con una mirada profunda que le da haber pasado un siglo de experiencias, la “abuelita” como le dicen muchos, es la fortaleza en la piel de una persona ya que sufrió muchos golpes en su vida.
Se casó a los 21 años con el único novio que tuvo, el amor de su vida Luis Franklin Bustos, con quien tuvo dos hijos que desgraciadamente perdió a edades muy tempranas.
El varón, Luis Horacio Bustos López, murió cuando tenía 12 años de una afección cardiaca. “No había nada que se pudiera hacer, porque era una enfermedad congénita”, contó Adelina.
Mientras que su hija Gladys Miryam Bustos López de 24, fallece dos meses antes de recibirse de odontóloga por una enfermedad no muy conocida en aquella época, fiebre Escarlatina.
“Acá no se conocía mucho esa enfermedad, al principio no sabíamos de que se había muerto y después nos dijeron que fue de Escarlatina”, expresaba con una voz entrecortada.
Con Luis, quien se desempeñaba como docente y se jubiló como directivo de la escuela Cecilio Ávila, cumplió sus bodas de oro y su luna de miel, la vivió en la vecina provincia de Mendoza.
Son muchos los momentos que vivió la abuelita, tantos buenos como malos, como aquellos trágicos terremotos del `44 y `77, pero en los cuales los recuerdos pesan y ella misma dice “es mejor ni acordarse”.
Pero no todo es tristeza en la vida de Audelina. Emma, su regalona de 3 años, cada mañana se levanta y lo primero que hace es ir a ver a su “tía Aelina” y preguntarle: “Cómo estas, cómo amaneciste. Te amo”, una caricia para el alma de la anciana.
La abuelita cuenta que el secreto para vivir tantos años, es comer sano. Todos los días cuando se levanta, Cristina se encarga de bañarla y prepararle su clásico café con leche, luego pasado el mediodía almuerza su sopita de verduras para luego tomar su religioso medio vasito de vino. “Tinto, tiene que ser tinto”, decía sonriendo. Luego duerme una siesta y antes de las 21 cena y minutos antes de las 22 ya esta acostada descansando para un nuevo día. Además, señaló que es su juventud trasnochaba y sólo asistía a reuniones familiares y cumpleaños.
Su cuidadora, Cristina, afirmaba que Audelina hasta hace un mes caminaba ayudada de un caminador con rueditas. “Le gusta leer el diario y estar informada todo el día”, decía Cristina, quien es como una hija para la abuelita ya que desde hace quince años la cuida y ve en ella a su propia madre quien murió a la edad de 86 años.
Tanto Dorita, su cuñada, como Cristina, su cuidadora e hija postiza, contaron que la abuela “siempre fue muy coqueta, le gusta pintarse las uñas, los labios, le gusta usar vestidos y zapatos con tacos” .
“Hasta hace un par de años atrás cuando iba al banco a cobrar, se arreglaba, se ponía sus vestidito, sus taquitos, se hacía ella sola los rulos y pedía su remis para salir. Nunca le faltaban sus anteojos de sol”, relató Cristina a quien cada vez que la ve se le enternece la mirada y sus ojos brillan como si mirara a su propia madre.
Con poquitas fuerzas pero llena del amor de las personas que la rodean, Audelina asegura que “no es lindo llegar a vieja” pero “Dios dirá cuando le toca a uno partir”.
En este su día querida abuelita, desde la redacción de DIARIO DE CUYO ONLINE le deseamos un feliz cumpleaños y muchas felicidades.
