Agustina González, de 84 años, es mamá de Mirta Brkic, de 64, y abuela de Vanesa Espín, de 37. Si bien es tan buena la relación entre ellas que incluso comparten almuerzos y cenas con amigas en común, tienen un secreto que cuidan que no salga del entorno familiar: la receta del pan casero.
“Mi mamá me enseñó a hacer el pan casero con ajo. Apenas me dijo cómo era la receta y de qué manera había que cocinarlo, me aclaró que la receta se la había pasado su madre y me dijo que sólo las mujeres de la familia podían conocer cómo hacerlo y que no debía salir de este ámbito”, confesó Mirta, quien años después transfirió ese conocimiento a su hija Vanesa, a quien también le hizo la aclaración de que la receta es un legado familiar que nunca debía ser transmitido a personas que no sean parte de la familia. Con esta advertencia y continuando con el legado, ahora Vanesa, la última mujer de la familia que se convirtió en mamá , es la que tiene en sus manos la misión de perpetuar en su hijos la receta familiar. Si bien tiene 3 hijos, dos de ellos son varones, Santiago, de 7, y Juan Cruz, de 1 año, y la única esperanza, según las reglas familiares, es Ana Luz que tiene 5 años, pero que ya empezó a incursionar en la cocina, según contaron. Es que, dijeron las madres, la consigna es que las que deben perpetuar el secreto de la receta del pan casero saborizado con ajo, son las mujeres de la familia.
“Son muchas las generaciones que mantuvieron el secreto en pie, espero que pueda continuar porque esto nos une y nos permite tener algo único como familia”, dijo Mirta, que ya empezó a poner las manos en la masa para preparar la delicia que es la atracción de todos los integrantes de la familia.
