Feversani dijo que siempre hay que empezar con ensayos muy pequeños. Acostumbrarse a perder plantas, insumos y no desanimarse. Ellos en Misiones tienen lluvias grandes en primavera y les complica mucho todo la humedad, pero le han buscado la vuelta para llegar a tener frutillas y lechugas. Ahora siguen con berros, rúcula, perejil y cebollitas. Mi recomendación si van a hacer lechugas, por ejemplo, es no formular si hacer los plantines, todo tercerizarlo, y si estar arriba todo el día en el sitio de producción. Si se unen 3 ó 4 emprendedores mejor, para bajar costos y para vender más volumen. En Brasil, por la crisis, los tamberos bovinos del sur dejaron todo y se pasaron a las lechugas por hidroponía, ellos nos llevan años. Y los países líderes en cultivos en agua son Japón, Holanda y USA. En el caso de la hidroponía, exclusivo uso de agua, sin sustratos sólidos, mencionó que hay poca experiencia en Argentina, sólo La Plata, Córdoba y ahora Misiones, y algunos caso más aislados. Explicó que se necesita para la hidroponía: agua, sol, aire, nutrientes y una sustentación, pero no suelo. Tiene muchas ventajas como la mayor higiene del cultivo, la eficiencia del uso del agua, que trabajo de pie, la alta relación m2 usado/$ obtenido; la mayor garantía de abastecimiento de los clientes y e menor ataque de plagas y enfermedades (al no tener el actor suelo).

Detalló que están logrando sacar una planta de lechuga por mes, pero hay que buscar (ya algunos lo han logrado) sacar cada 25 o 28 días. En Misiones buscan vender como base 2000 plantas semanales, pero el negocio está en estar arriba de ese número. Además, es superintensivo: se cosecha una planta y se coloca otra inmediatamente.

Sistema de perfiles

Luego de intentar con distintos sistemas, se utiliza finalmente el perfil. Esto se puede ver en la foto de tapa, donde están los plantines recién transplantados (a la derecha). Son una especie de canaleta, plástica, flexible y liviana, de color gris, pero arriba de color blanco para reflejar la luz, que tienen dos agujeros por tramo corto y allí se colocan las plantitas de lechugas. Tienen 3 ó 4 cm de alto, pero el agua necesaria para que la planta se riegue y reciba los nutrientes de la solución salina es de un espesor de sólo 2 milímetros. Con este sistema, de origen y fabricación brasileño, la planta sale con raíz y todo, es muy sana, tiene mayor calidad, también da más velocidad de reposición, mayor reducción de uso del recurso hídrico, y finalmente al vender más cantidad en menos tiempo, un retorno más rápido de la inversión.

Sobre variedades, el técnico del NEA dijo que la que pide el mercado es la que se hace. Hay moradas, mantecosas y también crespas. Se debe hacer un buen estudio de las necesidades del consumo y las preferencias del consumidor. Explicó que en Brasil, al principio nadie quería comprar una planta de lechuga con raíz. Entonces las grandes firmas comerciales comenzaron a regalar bolsas con este alimento para hacerla conocer; luego iniciaron las ventas, pero más barata que la tradicional y hoy venden a un valor de un 15-20 % mayor a la común, y el sector de la clase media a media alta ya la ha adoptado en su mesa.

Feversani cree que San Juan tiene buenas posibilidades con este tipo de agricultura cuidándose siempre de los vientos, y de las temperaturas muy altas. Dijo que esos son los enemigos naturales presentes.