Cara de bonachón. Siempre respetuoso para acercarse a cada automovilista que estaciona su vehículo. Así se muestra Oscar Luis González, pocitano de nacimiento y rawsino por adopción, que aprendió a lucharla siempre pese a los golpes que le dio la vida. Sin un brazo pero una gran dedicación por el trabajo, el hombre de 56 años cuida autos en las inmediaciones de Tucumán y General Paz, en Capital.

Querido y respetado por los vecinos, recibe una pensión que no le alcanza para mantener a su familia y de lunes a viernes en la tarde, se acerca hasta el centro para vigilar los coches que se estacionan en la zona y cuando el horario lo permite lavar algunos vehículos.

Con buena presencia y gran amabilidad, recorre la cuadra y no hay vecino que no lo reconozca y salude. "Me siento querido porque saben que vengo a trabajar", destacó.

Vive en el Barrio Buenaventura Luna junto a su mujer Silvia Survando (61) y por cuestiones económicas dos hijas de 32 y 24 años más seis nietos están con él. "No pueden pagar un alquiler y con lo que cada uno gana trabajando aporta a un fondo común", enfatizó.

Oscar dio un contacto 0264-155409692 porque se ofrece para trabajar de los que sea.
 

Esa cultura del trabajo es la que les inculcó a sus cuatro hijos, el hombre que perdió su brazo a los 15 años, hecho que no le impidió para desenvolverse en la vida laboral. Recuerda que tuvo una fuerte caída en su casa que le provocó una fisura en el brazo y un diagnóstico médico le indicó que debían amputarlo.

Desde aquel entonces no fue el mismo físicamente pero si con respecto a su voluntad de ganarse el pan de cada día. Oscar ha trabajado en una avícola, en la Municipalidad de la Capital, como sereno en una agencia y ahora de cuidacoches.

"Cuando quisieron sacar a los 'trapitos' de la ciudad, los vecinos le pidieron al periodista Juan Pereyra (de Radio Sarmiento) que intercediera para que a mi no me corrieran. Él lo consiguió", expresó agradecido por el cariño que le tiene la gente.

Oscar no sólo es el cuidacoches, es el vecino ambulante de la zona que genera confianza y que todos valoran por el esfuerzo que realiza para trabajar cada jornada haga frío o calor.