"Llorábamos a la par de los niños: ellos, por los truenos y nosotros, porque nos quedamos sin nada", contó Erica en el patio del RIM 22, un ámbito poco acostumbrado a albergar a tantas mamás con sus hijos en brazos o en la panza. Ayer, después de la lluvia que durante 30 minutos cayó sobre toda la provincia, pero que fue particularmente dañina en Rivadavia, una cuadra de albergue del RIM 22 se convirtió en el techo inesperado para dos grupos de mujeres y niños: uno, del asentamiento La Defensa y el otro, de la villa conocida como Anexo 24, ambos de La Bebida. De todas las personas que tuvieron que dejar sus casas, sólo 35 fueron trasladadas al RIM 22, mientras que otras 44 pasaron la noche a la intemperie o fueron a refugiarse en viviendas de conocidos, totalizando 79 evacuados entre los dos asentamientos.

Como un eco, el relato de Erica se replicó en los de las otras mujeres evacuadas la noche anterior. "Llegamos a la madrugada, con los niños mojados y asustados. Pero ahora queremos ir, a ver cómo quedaron nuestras casas. ¿Y si nos roban lo poco que tenemos", se lamentó Estrella. Ayer al mediodía, algunas de las mujeres que habían sido llevadas al RIM 22 por los camiones de la Policía de San Juan, volvieron a la villa donde habitan y otras, a la casa de algún pariente con mejor suerte.

Justo donde terminan las casas del Lote Hogar Nro. 3 se encuentra el asentamiento La Defensa. De allí fueron evacuadas 19 personas cuyas viviendas quedaron inhabitables. En el asentamiento Anexo 24, ubicado sobre calle Pellegrini, colapsaron más de la mitad de las viviendas. "No sabía qué hacer: si agarrar a los niños o sacar el agua, para que no se mojaran los muebles. Salimos con lo justo, antes que el techo se viniera abajo", relató Johana, madre de 2 pequeños. Sus muebles y toda la ropa de la familia quedaron amontonados sobre el barro, cuando finalmente cedieron las paredes de la precaria vivienda que habitaban.

Enojados por la situación, los vecinos de la villa Anexo 24 se reunieron frente al camping de UDAP durante toda la mañana. "Nadie nos da respuesta. Si no aparecen por aquí, algo vamos a tener qué hacer. ¿O qué quieren, que durmamos en la calle? No queremos que nos regalen nada, porque todos trabajamos y podemos pagar una cuota, pero que nos den una casa", reclamaba ayer Sandra, la líder de la agrupación vecinal. Después del mediodía, los habitantes del Anexo 24 se instalaron en las cercanías del Barrio El Jilguero, construido por el IPV, para tratar de entrar a las casas. Una denuncia del intendente de Rivadavia, Elías Alvarez, había puesto a la Policía sobre aviso. "Esto es un problema policial, no municipal", justificó el intendente.