Según las crónicas periodísticas de la época, a lo largo del camino de Agua Negra habían montado tres campamentos. Los operarios y técnicos trabajaron en nueve frentes, con 14 topadoras, 3 motoniveladoras y 6 camiones destinados exclusivamente al acarreo del material para compactar. A esto se sumó la utilización de 4 compresores, 2 grupos electrógenos y el armado de talleres totalmente equipados, destinados a reparar toda la maquinaria que estaba trabajando en plena cordillera. También llevaron 10 casillas sobre ruedas fijas que sirvieron para albergar a la gente que trabajaba en la obra. Todas tenían botiquines de primeros auxilios y un transmisor por el que se comunicaban cada tres horas para informar sobre el estado en que estaban los trabajos. En la actualidad este camino puede ser recorrido en unas 5 horas, pero en aquella época se necesitaban al menos 10. El Paso de Agua Negra permanece cerrado durante la época invernal porque las nevadas cortan el acceso. Una situación que se revertirá cuando construyan el túnel. Durante la ejecución de la obra, que comenzó con la firma del tratado internacional en marzo de 1964, no se registró ningún tipo de accidente, aún cuando las condiciones geográficas y climáticas a las que se enfrentaban estos hombres eran desoladoras, y ninguno renunció a la tarea. Durante la última temporada cruzaron a Chile por el Paso Internacional sanjuanino más de 13.000 personas. Mientras que 10.700 chilenos ingresaron a la provincia, en la misma época. El tramo más complicado de transitar continúa siendo la Quebrada Sarmiento, a pocos kilómetros del límite con Chile. Esto se debe a que la calzada es demasiado angosta y tiene una pendiente muy pronunciada.
