Cuidadosamente presentadas y organizadas por regiones, las 79 piezas que integran la Muestra Federal de Artesanías del Bicentenario hallaron un marco más que apropiado en el foyer Norte del Auditorio Juan Victoria. La diversidad intimida por muchos motivos, pero el principal es la procedencia en el tiempo de los objetos, ya que algunos son anónimos y otros no, y mientras los hay actuales y de moderna factura, también están los que datan de épocas previas a la Revolución de Mayo.
La muestra recibió ayer una cantidad inusitada de visitantes, ya que el desfile de modas de la Colección San Juan, que debía realizarse en las escalinatas del Auditorio, se suspendió a último momento y como no fue comunicado, mucha gente no se enteró. En cambio, se conformaron con la Muestra de Artesanías, que fue pensada en el marco del Bicentenario.
Dispuestas según su origen en las cinco regiones a las que pertenecen -Patagónica, Centro, Cuyo, Noroeste y Noreste- las artesanías están hechas en materiales diversos: madera, piedra, fibras vegetales, lanas, hueso, metales y arcillas. En algunas de ellas está impreso el sello de lo telúrico y ancestral, en simbología indígena y en otros, es clara la presencia europea que trajeron los conquistadores.
En la Región Patagónica, hay piezas de cestería, cuchillos, máscaras de uso ritual y hasta pectorales metálicos de la cultura mapuche, que asombran por su belleza y la prolijidad de su forma. Las piezas hechas en lana también son características de esta región, destacándose las prendas teñidas con elementos naturales.
En la Región Centro, predominan los accesorios utilizados por el hombre de campo para su propia indumentaria y la de su caballo. Se advierte el influjo español en muchas de las piezas expuestas, pero también su adecuación a las costumbres locales.
En la Región Cuyo, las piezas trabajas en cuero y la alfarería que imita modelos previos a la conquista exponen la habilidad de los artesanos de la región para recuperar técnicas heredadas de sus ancestros.
En las regiones Noroeste y Noreste, los ponchos en colores vivos, los objetos de cuero y las tallas en madera recrean el arte local, que tuvo que adaptarse al clima y a las condiciones de vida de esa zona.

