Hace poco más de un mes que Graciela Díaz, de 56 años, duerme dónde la reciben por ’buena voluntad’. Fue desde que el incendio que generó un cortocircuito le consumiera el monoambiente donde vivía y quedara completamente en la calle y con lo puesto. Pese a que pensó que nunca iba a superar esta ’desgracia’, está a punto de volver a vivir en su casa de villa San Damián, en Rawson. Todo gracias a los miembros de una iglesia evangelista que le consiguieron los materiales de construcción y hasta se encargaron de levantar la obra. Luego de la tragedia Graciela sólo pidió un lugar dónde dormir a cambio de ayudar con las tareas de la casa. Nunca imaginó que la solidaridad de la gente llegaría al por mayor. ’Ni bien se me quemó la casa las personas que van a la Iglesia Adonay, en Villa Krause, empezaron a organizar la ayuda para mí. No tengo palabras para agradecer lo que han hecho por mí’, dijo la mujer.
Omar Morales, miembro de esta iglesia, contó que fueron al municipio de Rawson para contar el caso de Graciela y pedir colaboración con materiales. Agregó que de esta manera consiguieron todo lo necesario para reconstruirle la casa. Pero eso no fue todo. Fueron los propios evangelistas quienes dedicaron su tiempo libre para concretar la obra. ’A nuestra iglesia van algunos hombres que saben de albañilería y que se ofrecieron a levantar la casa aunque eso implicara trabajar sin descanso. Luego de que salen de sus trabajos van directo a la Villa San Damián para pegar ladrillos’, dijo Morales.
La nueva casa de Graciela tiene un 80% de avance. Falta colocar la membrana al techo, terminar el revoque fino y la instalación eléctrica. Calculan que en dos semanas estará lista para ser habitada.
’La mudanza va a ser rápida porque sólo tengo una cama y un ropero que me dieron, pero no me preocupa porque estoy acostumbrada a trabajar para comprar mis cosas. Lo único que le pedí a Desarrollo Humano es una amasadora para seguir haciendo pan y empanadas caseras para vender como hice hasta ahora. No la hubiera pedido si no fuera porque me duelen mucho los huesos por la artrosis y me cuesta amasar’, concluyó la mujer.

