�Las nuevas tecnologías incorporadas por los ejércitos dieron una dimensión mortífera y destructiva inaudita a la Primera Guerra Mundial, como quedó patente en el norte de Francia, escenario de algunas de las batallas más legendarias.
Cerca de diez millones de combatientes perecieron en este conflicto, en el que se utilizaron armas hasta entonces desconocidas o que no se habían podido producir a escala industrial.
Los fusiles empleados a partir de 1914 podían disparar una veintena de balas por minuto, en lugar de tres como ocurría en 1870. Se hizo un uso masivo de la metralleta y la artillería pesada cobró una especial importancia. Además en este conflicto tuvieron su verdadero estreno los gases tóxicos, la aviación, los tanques o los submarinos.
Aunque las trincheras no eran nada nuevo, ‘la novedad absoluta fue el sistema de trincheras‘ muy sofisticado con sucesivas líneas de defensa que las hacían difícilmente franqueables, señala Cochet, especialista en la Primera Guerra Mundial y miembro del Consejo Científico Nacional francés para las conmemoraciones del centenario.
