Trabajaba 4 horas por día en distintas instituciones. Sin quejarse, se subía al auto ni bien le decían "vamos a trabajar". Como un terapeuta, acompañaba a quienes no podían comunicarse con las personas, los ayudaba a comer o a caminar. Y nunca se alteró por un movimiento brusco, un grito o porque la apretaran. Pero hace 22 días, Celeste desapareció. Ahora, los niños y adultos a quienes ayudaba extrañan a la perra maltés. Y hasta ofrecen regalar una perrita de la misma raza o 1.000 pesos a quien la devuelva.

Celeste comenzó a relacionarse con personas discapacitadas cuando era cachorra. Se acostumbró a ellas y generó vínculos con cada una. Comenzó trabajando con los chicos del Hogar de Vida Juan XXIII. Después, se incorporó al Hogar Belén de la Frontera (en Angaco) y a la Clínica Psiquiátrica León Cali.

"La perra vivía en mi casa, pero yo nunca dije que era mía. La considero de los chicos, ellos la quieren y la necesitan", cuenta Victoria Uriburu, quien es musicoterapeuta y estaba a cargo de la perrita. Y dice que "para mí, Celeste es especial, logró cosas con las personas discapacitadas que nunca habíamos visto".

Lo que hacía la perrita era vincularse con las personas y brindarles confianza y tranquilidad. Así, quienes estaban con la mirada perdida y no se comunicaban con el entorno, veían a Celeste e inmediatamente la agarraban y jugaban con ella. Después, se animaban a tomar algunos objetos. Por su parte, quienes estaban tensos durante la comida y se alimentaban mal, se relajaban sosteniendo la perrita y comían más y mejor.

Y hasta fue protagonista de un caso que conmocionó a los médicos. "Había una mujer en la clínica psiquiátrica que no caminaba si no estaba apoyada en otra persona. Pero un día tomó la correa de Celeste y se animó a salir con ella. La perra reaccionó muy bien, la esperaba y le indicaba cuándo tenían que cruzar la calle", comenta Victoria.

Tanto se destacaba en su tarea, que en 2008 Celeste fue protagonista en una nota de DIARIO DE CUYO. Fue cuando acompañó a los chicos del Hogar de Vida en una caminata que realizaron, a modo de terapia, alrededor del Dique de Ullum.

Pero el pasado 1 de junio el trabajo de Celeste terminó. La perrita se perdió. "Yo estaba haciendo un trámite y ella siempre estaba al lado mío. Pero se asustó y salió corriendo. Yo la busqué, pero no la vi más", cuenta Victoria con los ojos brillantes.

Ahora, los niños, los médicos, los docentes, todos extrañan a la perra y apelan al corazón de quien la haya encontrado. "Nosotros pensamos que la persona que la tiene no sabe que esta perra es prácticamente una terapeuta ni a quién devolvérsela. Esperamos que cuando se entere se comunique con nosotros", dice Victoria. Y agrega que "hemos juntado 1.000 pesos para ofrecer como recompensa, que es lo que vale una perrita de la raza de Celeste. La persona que la entregue puede quedarse con el dinero o directamente le entregamos una perrita maltés, pero cachorra".

Las personas que tengan información sobre Celeste pueden llamar al 155054801 o al 155015222. Los chicos que extrañan a la perrita prometen agradecer en persona a quien la devuelva.