El riojano Toledo, segundo en el embalaje y la general, estaba amargado y con bronca. “Vi la gente amontonada y embalé pensando que terminaba en la Esquina Colorada. Cuando levanté la cabeza y vi el arco inflable 50 metros más allá ya era tarde. Si la carrera hubiese terminado en el Velódromo ganaba yo, porque conocía el camino”, indicó. Y luego cargó contra Dotti: “El vino a rueda de nosotros, sin gastarse, y por eso llegó más suelto al embalaje. Pero bueno, ya está”. Al respecto, Dotti apuntó irónico que “faltando dos kilómetros el globo (arco inflable) ya se veía y todos sabemos que donde está el globo se termina la carrera. Es un globo grande y si no lo ves es problema tuyo. Y después en el embalaje cada uno hizo su táctica. Yo tenía que luchar con dos rivales del mismo equipo y eso no es fácil. Ellos se la jugaron al embalaje y ahí es donde yo me tenía fe”.