Quienes habitualmente visitan el cementerio San Miguel, en Rawson, se encontraron con una nueva plazoleta y una gruta con la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción, que es llamativa a la distancia por el mural de dos ángeles. Forestado con palmeras, pinos y rosales el espacio verde también cuenta con algunos elementos decorativos, como un aljibe, una vieja carretilla convertida en macetero y una antigua rastra chipiquera. Las farolas que iluminan tienen un estilo colonial.

La iniciativa y ejecución de la obra estuvo a cargo de los propios empleados del cementerio, que tardaron unos seis meses en cumplir con todas las tareas. "Era un terreno baldío y la Virgen estuvo guardada por mucho tiempo. Hablamos primero de poner los pinos, luego hicimos el contrapiso para el pasillo y así fuimos trabajando. Desde la Municipalidad, recibimos el apoyo con materiales que cedió la Secretaría de Obras y de Cultura, que pintaron el mural", indicó Miguel Artés, coordinador del cementerio.

En tanto Hugo Guajardo, capataz, indicó que las tareas se fueron haciendo "los fines de semana entre unos 20 integrantes del personal".

La elección de los elementos que decoran la plazoleta no fue al azar y Artés afirmó que es un homenaje a los inmigrantes, ya que el cementerio está enclavado en una zona en la que se asentaron muchos en San Juan.

Protagonistas

• HUGO GUAJARDO   Capataz

"Esto se hizo por la voluntad de los propios compañeros de trabajo. Y gracias a Dios, quedó a nuestro entender muy bonito este espacio que era tierra de nadie. Restauramos también la figura de la Virgen, que es un orgullo que esté acá, y el domingo la bendijo el cura que nos visita".

• MIGUEL ARTÉS   Coordinador

"De a poco, durante los fines de semana especialmente, fuimos haciendo esto, todo a pulmón.
Hay otros sectores que vemos que podemos realizar algo parecido, para que se conviertan, como pasó acá, de un momento que reconforte a la gente que viene a visitar a seres queridos".