Pese a las múltiples críticas a la soja, el Gobierno alentó la sojización. Nunca en la historia del país la oleaginosa representará en la actual campaña cerca del 60% de la producción de granos argentina. Es más, la exportación del denostado "yuyo" significará más del 75% de las toneladas de granos exportadas.
Las intempestivas intervenciones oficiales en la exportación de trigo y maíz, que hicieron caer el precio que reciben los productores, son las causas más evidentes del crecimiento sojero. Los menores ingresos, en cultivos más caros de producir, significaron menos inversión en fertilizantes y agroquímicos, con lo que los efectos de la sequía se potenciaron.
Mientras se agrava el conflicto rural, un estudio de la consultora RSH Macroeconomía, sobre datos de la Secretaría de Agricultura de la Nación y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), sostiene que la producción de granos argentina alcanzará unos módicos 76,4 millones de toneladas y, del total, 57% será de soja. Nunca antes la soja superó la mitad del total.
Según el trabajo, el país exportará 54,2 millones de toneladas, una seria caída respecto a los 71,4 millones de toneladas de 2008 y los 66,7 millones de 2007. Sin embargo, este año se prevé exportar 42 millones de toneladas de soja, con una participación en las exportaciones totales del 77,5%, contra el 60% del año pasado y el 58% de 2007.
Pese al reiterado discurso oficial de una política agraria para diversificar los cultivos, en los hechos ocurre todo lo contrario. Es tiempo que se sincere el actuar o el discurso.
