Si los abrigos livianitos hicieron transpirar, quienes llevaron camperas gordas parecieron de otra estación. Es que la procesión de Santa Rosa de Lima, en el cierre de la celebración patronal en 25 de Mayo, se consumó ayer con casi 30 grados de temperatura ambiente y un Sol agobiante, como no recordaban desde hacía 5 años. En una jornada muy calurosa, atípica para esta fecha, la marcha contó con unos 3.000 fieles, según estimó la Policía, una convocatoria llamativa en comparación a las 9.500 personas de 2012 y las 7.500 de 2011. Para el párroco Fabricio Pons, el clima pudo haberle restado peregrinos a la caminata (cientos de personas, por ejemplo, esperaron directamente en la plaza), pero no por ello hubo menos devoción.

Cuando comenzó la procesión, a las cinco y media de la tarde, la temperatura ascendía a 29,4°C y Pons recordó que no hacía tanto calor desde la patronal del 2008. Igual, los fieles empezaron a caminar bajo el Sol, regocijados por la presencia de la patrona. La imagen, adornada con flores rojas, amarillas y rosadas, recorrió las calles durante 50 minutos y al llegar al templo fue recibida con lluvia de papelitos y bombas de estruendo, que desató los aplausos y un enérgico ‘Viva Santa Rosa’.